Antonio Fontenla Ramil, Presidente de la Confederación de Empresarios de La Coruña
110 años de compromiso
Cumplir 110 años ni es sencillo, ni por supuesto, frecuente. Son pocas las entidades que son capaces de doblar ese cabo más que centenario al que la mayoría ni siquiera se puede acercar. Y mucho más difícil le debería resultar a organizaciones en las que conviven empresas que compiten entre sí y a las que muchos tachan de individualistas, poco asociativas y aún menos corporativas.
En el caso de las firmas que integran ANFACO se ha demostrado que los empresarios sabemos compartir experiencias e iniciativas que han germinado en una organización de referencia para el asociacionismo empresarial.
Los principios que impulsaron el nacimiento de ANFACO –suma acumulada de historias humanas y empresariales- están hoy plenamente vigentes. La defensa de los legítimos intereses de un sector concreto de la actividad empresarial es un argumento más que suficiente para que se mantenga viva una entidad que, como la mayoría, ha vivido momentos de orto y de ocaso, algunos de ellos seguramente capaces de amenazar la pervivencia de organización, pero que se ha mantenido incólume gracias a los hábitos y procedimientos que han regido el discurrir centenario de la misma.
Ya con 110 años de vida, es el momento de recordar con admiración el papel de aquel grupo de pioneros que un invernal 28 de febrero crearon la Unión de Fabricantes de Conservas de la Ría de Vigo, origen de la actual ANFACO-CECOPESCA, organización empresarial que tiene a gala ser una de las decanas de España.
Se trata, en definitiva, de empresarios y empresarias que han ayudado a mantener viva la llama del compromiso iniciada por aquellos que fueron capaces de defender, a veces con vehemencia, los principios de todo empresario: generar riqueza y contribuir a cohesionar la sociedad. Empresarios, por tanto, que han contribuido a que ANFACO se haya ganado el respeto y el reconocimiento tanto de las instituciones como, lo que aún es más importante, de la sociedad.