Pilar Rojo Noguera, Presidenta del Parlamento de Galicia
Con 1.500 kilómetros de litoral, resulta imposible entender la realidad de la Galicia actual sin analizar el impacto del complejo mar-industria. El sector conservero fue, allá por el siglo XVIII, el primer exponente de la industrialización de Galicia, cuando las fábricas de conservas se instalaron en nuestras costas.
Los avances registrados desde entonces han sido espectaculares, especialmante a lo largo del siglo XX. No descubro nada nuevo al relacionar este fenómeno con la suma de esfuerzos de las diferentes empresas del sector, que desde siempre tuvieron presente que las dificultades lo son menos desde el esfuerzo compartido.
Fue así como surgió la Unión de Fabricantes de Conservas de la ría de Vigo, en la que hunde sus raíces la actual ANFACO-CECOPESCA. El paso del tiempo, la profesionalidad de sus integrantes y un espíritu de superación que no conoce el desaliento han convertido a esta entidad en un modelo a seguir en otros sectores.
Fiel a sus orígenes en lo geográfico, pero con vocación de apertura permanente al exterior y a los avances científicos y tecnológicos, ANFACO-CECOPESCA se configura como una organización dinámica que ha sabido y sabe adaptarse a las circunstancias cambiantes de cada etapa.
En un momento en el que el futuro del sector reside, en gran parte, en la acuicultura, estoy persuadida de que técnicos y directivos de esta entidad continuarán ofreciendo, como lo han hecho siempre, soluciones innovadoras a un sector llamado, también ahora, a contribuír a la recuperación económica y del empleo, en Galicia y el conjunto de España.
Conociendo a los responsables de esta organización, no me cabe duda de que ese futuro repleto de oportunidades vendrá de la mano de la calidad, la competitividad y la apertura a los mercados exteriores. Larga vida, por tanto, a ANFACO-CECOPESCA y al sector al que representa y apoya.